Eloy Díaz, voluntario de transporte asistencial
Hace años descubrí que tenía que hacer algo por los demás, que tenía que ser solidario. Descubrí por casualidad a la Fundación Cudeca y me encantó su lema "dar vida a los días".
Tras una formación previa que Cudeca me hizo, me convertí en voluntariado asistencial. Al principio comencé acompañando a los pacientes en sus domicilios y actualmente estoy en transporte asistencial, es decir, recojo a los pacientes en sus domicilios para llevarlos a la Unidad de Día y Rehabilitación para que puedan recuperar su autonomía y autoestima.
El voluntariado es una experiencia muy enriquecedora y en paliativos, entiendo que, mucho más. En mi caso he aprendido mucho de los pacientes, de sus gestos, sus miradas, sus sonrisas, de sus historias; pero también a oírles, a entenderlos, a ser confidente de ellos. Y sobre todo he aprendido que una sonrisa y un abrazo hace mucho.